Correr detrás del colectivo y alcanzarlo.
Jugar con los niños a la mancha y escuchar sus carcajadas.
Transpirar de nervios cuando estas rindiendo un examen final y que se te vea fresca y radiante.
Caminar por la calle escuchando música. Bailar y nadar.
Elongar y elongar hasta llegar tan alto que puedas alcanzar una nube, comerla y comprobar que tiene sabor a crema del cielo.
La vida no se detiene, respira y seguile el ritmo.
Somos tu aliado en cada etapa, #AmamosElMovimiento